Escribir esto duele, bastante. En algún momento, cuando yo tenia esa vida que no deseo a nadie, fuiste mi mentor. Me enseñaste a amar la música, que es lo más puro que tenemos; me mostraste cómo ser uno mismo era lo mejor que se podia ofrecer y estuviste presente en uno de los peores dias de mi vida y me ayudaste a superarlo.
Pero en el camino las cosas cambiaron: me rompiste el corazón, dos veces. Me dejaste atrás por el hecho de que no iba a llevar una remera de The Clash y cinturones con tachas. Me sentí tan mal, te habia escuhado, me habia sincerado con vos, ¿y me dejabas solo por eso? fue devastador. Pero después volviste, cuando te diste cuenta que mi conocimiento llegaba a los reinos del Rey Lagarto. Esa época fue de las mas felices en mi vida, tenia nuevos amigos y vos me mantenias todo el tiempo expectante a que dijeras las palabras que queria escuchar. Recuerdo el día en que finalmente las dijiste, ¡Me temblaban las rodillas de felicidad! Dos días después mi mundo se desmoronó.
¿Y ahora venis a buscar mi hombro para llorar porque una chica te rechazó? No, querido, perdiste tus dos oportunidades.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario